miércoles, 19 de noviembre de 2008

El Hombre

Dondequiera que vayas, contigo cargarás la injusticia, la ignorancia, el miedo. ¿Acaso no lo entiendes; es que no puedes comprenderlo, Hombre?
Si no puedes salir a observar los árboles maravillosos, las aves danzando, el milagro de una flor...¿por qué esperas una y otra vez poder cambiarte, poder ser otro, por qué tienes esperanza cuando has perdido toda inocencia, toda capacidad de sorprenderte ante lo nuevo?
¿No desearías, más bien, ser libre? Totalmente libre de miedo, de condicionamiento, libre del ayer.
"¿Pero cómo?", preguntas.
Observando. Observar es olvidarse de uno mismo. Así, observa el mundo, mira su belleza, y, como dice Dostoievski, mira que te miran y que te quieren, mira, sal, recorre, olvídate por un momento de tus pesares, de tus dichas, y deja atrás el ancla del pasado.
Si eres miedo, sé el miedo con todo tu ser, y éste habrá desaparecido.
Si eres odio, selo enteramente, y éste desaparecerá.
Si eres amor, ama sin dejar espacio para otra cosa, ¿y qué quedará de él?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Uf. Y a continuación leo esto... vos me querés quemar la cabeza (mas aún).

Es buenísimo poder encontrar cosas para leer que te dejen pensando, abundando tanta basura en Internet. Y tu blog está en sintonía (sincronicidad?) con mis pensamientos últimamente.

Gracias.

Ignacio dijo...

Gracias por los elogios, Jaz...verdaderamente, es demasiado.
:)

Anónimo dijo...

No es demasiado, aceptalo.