sábado, 29 de noviembre de 2008

Amor

El amor está ahí aunque no lo veas, aunque no puedas sentirlo. Aunque te halles en un estado de absoluta desesperación, permanece oculto, tácito, haciendo vibrar cada átomo de este Universo. Es la fuerza más importante, y quien se halla en él, no necesita nada más.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Atando cabos

Ya tenemos los pasajes a Bariloche. Ya tenemos un pie adentro en el viaje. Creo que todavía me parece demasiado lejano todo, todavía no logro hacerme la idea que de verdad voy a estar recorriendo esos lugares increíbles dentro de poco tiempo.
Al final nos decidimos por el camino de los 7 lagos, que se encuentra entre San Martín de los Andes y Villa la Angostura. Estaba en duda porque también podíamos recorrer la parte más agreste y menos transitada que se extiende desde Bariloche al Bolsón (creo que son como 300 kilómetros), pero como vamos 15 días nomás, y las bellezas naturales de la zona de los 7 lagos fueron ponderadas como superiores y más deslumbrantes, terminó venciendo esta opción.

La idea sería entonces llegar a Bariloche para finales de Enero, recorrer en un par de días el Oeste de esa ciudad, al sur del Nahuel Huapi, y cerca de la zona del Llao-Llao, luego tomarnos un micro hasta Villa la Angostura y visitar el Bosque de Arrayanes, quedarnos un par de días ahí, y otra vez movernos para la zona del Lago Hermoso, que lleva en su nombre una promesa. Recorrer a pie la densa zona de lagos deslumbrantes y bosques perennes, sería la 4º etapa del viaje, y también la más extensa. Luego, llegar a San Martín, recuperarnos, y volver a los pocos días a Bariloche, para terminar ahí, Dios mediante, un poco más cómodos y limpios el viaje.

Tengo la carpa iglú para 4 personas, la bolsa de dormir que soporta temperaturas bajo cero, el hacha, la ropa, la cocina, la cacerola, el dinero. Me falta la mochila, un buen cortaplumas, y algunas cosas sueltas más, pero sobran el entusiasmo, la voluntad y las ganas de pasarla bien. Creo que van a ser unas vacaciones memorables. Estoy muy feliz. Si mi vieja me escuchase diría algo así como que "el círculo se va cerrando, una nueva etapa está empezando". La verdad es que es un buen momento para mí. Viajar te cambia, te da la oportunidad de conocer otras cosas, pero mejor aun, te permite conocerte mejor a vos mismo; ojalá pudiera hacerlo más seguido.

Torn

Juro que me odio por gustar de este tema; pero está muy bueno... y ella me mata, es realmente hermosa. Me gusta cómo va saltando por el escenario.........bunny jumping.

Máxima de un Nacho cualquiera (2º volúmen)

"Las mujeres que usan flores de plástico en el pelo son frívolas".

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Maggie May

Uno de los mejores temas de Every Picture Tells a Story, muy lejos, allá en los '70's, cuando Stewart y Wood hacían rock & roll del bueno, y no esa música de consultorio que se habituó a hacer el escocés después de los '80's.
Lo mataron en la foto.

martes, 25 de noviembre de 2008

El Vizconde de Bragelonne

Estaba triste porque tras comprarme 20 años después (continuación de Los Tres Mosqueteros), de Alejandro Dumas, me di cuenta que no se hacía mención alguna de El Hombre de la Máscara de Hierro.
"¿Cómo pueden estar basadas entonces tantas películas en la obra del autor francés?", me preguntaba. "No tiene ningún sentido".
Encima me había costado trabajo encontrar la continuación de Los Tres Mosqueteros: agotado desde hacía unos años en el país, al fin conseguí que una librería con un contacto que viajaba esa semana a México, me consiguiese una copia de la Editorial Porrúa.
El ejemplar fue devorado en una semana, mientras yo paseaba por París, Amiens de Picardie y Londres, con Aramis, Athos, Porthos y d'Artagnan, observando perplejo como estos cuatro nobles personajes se enfrentaban entre sí, y se convertían en astutos manipuladores: "I don't want to grow up", pensaba, mientras Dumas delineaba su obra magistralmente, tendiendo hilos, ensayando posibilidades, dando giros en los momentos adecuados y dándole textura y nueva vitalidad a personajes que como en toda gran obra, cambian, maduran y mudan de opinión: dejan atrás, en definitiva, los ideales de la juventud, para convertirse en hombres.
Y hace un par de días me enteré (y agradecí a Dios) que hay una secuela a este segundo ejemplar, llamado el Vizconde de Bragelonne o 10 años después: es decir, se trata de los cuatro mosqueteros, llegados a los 50 años (añejos como el vino de Anjou), y, efectivamente, encontrados por el caso del Hombre de la Máscara de Hierro, en los principios del reinado de Luis XIV.
Sólo espero que este tercer tomo sea más accesible que el segundo, porque ya estoy imaginando sus diálogos, su desesperado romanticismo, sus nobles ideales,...

Raindrop's Prelude

Gracias, Frédéric Chopin.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Optimistic

Espero que vos sepas,
que nunca es tarde,
para volver a intentarlo,
todo de nuevo.
Nunca erramos,
al volver a creer,
nunca hacemos el mal,
si nos damos una nueva oportunidad.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Maldad

Todos los días convivimos con la maldad, y la aceptamos. La toleramos como algo normal. No ignoramos las horribles matanzas que se han sucedido desde el principio de los tiempos, y esto no nos causa maravilla. Vemos robos, asesinatos, violaciones de todo tipo, y esto ya no nos conmueve: lo hemos vuelto algo ordinario, algo que si no está bien, al menos no es fuera de lo común.
Peleamos con nuestra familia, con nuestras esposas, novias, maridos, hijos, padres. Salimos a la calle, y peleamos con la gente que se nos cruza en ella. Peleamos en el banco, en el trabajo, en los estadios. Estamos tan acostumbrados a discutir, a odiar, a vejar y a ser vejados, que nos sorprende esa persona llena de amabilidad y paz, y no aquella que enfurecida, intenta violentar a los demás.
Pero antes que todo eso, antes que todo el odio que está fuera, está el odio en nosotros mismos: el odio que nos profesamos a cada momento, a todas horas, sin darnos tregua alguna. El odio que llevamos dentro contra los demás, los prejuicios, la ignorancia, la completa desesperación, la competencia y la envidia.
Esta maldad, que no hace diferencia entre dentro y fuera, parece estar en todos lados, y sólo nos conmovemos cuando algo terrible nos pasa. Pero luego volvemos a olvidar. Nosotros creamos diariamente este infierno: sólo nosotros podemos sacarnos de él.
La maldad de fuera, sin embargo, puede cambiar radicalmente...basta tan sólo con que tú cambies eso, con que logres eliminar la maldad dentro de ti (no te preocupes de la que está afuera), para que el todo haya cambiado.
Basta comprender eso, basta con ese rayo de luz entre la oscuridad.

The Two Minutes Hate

Escuchen la música al comienzo y al final del clip...¿no les suena parecido a la cortina musical de TN? Me da escalofríos.

Before Sunset

Esta es una de las partes que más me gustan de la secuela de Before Sunrise, de Richard Linklater, una película que trata con las relaciones humanas, el dolor, las pérdidas, las decisiones, el arrepentimiento, etc, etc, etc.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

El Hombre

Dondequiera que vayas, contigo cargarás la injusticia, la ignorancia, el miedo. ¿Acaso no lo entiendes; es que no puedes comprenderlo, Hombre?
Si no puedes salir a observar los árboles maravillosos, las aves danzando, el milagro de una flor...¿por qué esperas una y otra vez poder cambiarte, poder ser otro, por qué tienes esperanza cuando has perdido toda inocencia, toda capacidad de sorprenderte ante lo nuevo?
¿No desearías, más bien, ser libre? Totalmente libre de miedo, de condicionamiento, libre del ayer.
"¿Pero cómo?", preguntas.
Observando. Observar es olvidarse de uno mismo. Así, observa el mundo, mira su belleza, y, como dice Dostoievski, mira que te miran y que te quieren, mira, sal, recorre, olvídate por un momento de tus pesares, de tus dichas, y deja atrás el ancla del pasado.
Si eres miedo, sé el miedo con todo tu ser, y éste habrá desaparecido.
Si eres odio, selo enteramente, y éste desaparecerá.
Si eres amor, ama sin dejar espacio para otra cosa, ¿y qué quedará de él?

lunes, 17 de noviembre de 2008

Temas del Otro Mundo

Desde que mi Viejo me hizo escuchar música seriamente (tendría unos 6 años) desarrollé una idea extravagante: ciertas canciones no fueron hechas en este Planeta. Es música que por sus melodías, por sus arreglos, me parecía fabricada en otro lugar, en otro tiempo, aunque no pudiera darle un sentido claro o explicarlo de mejor manera.
Tales temas eran por ejemplo, A Sort of Homecoming, del álbum The Unforgettable Fire de U2, She Said She Said, de Revolver, de The Beatles, y Apple Scruffs de All Things Must Pass, correspondiente a George Harrison.
Este último en particular me trae a la mente un bosque umbrío plagado de hiedras, y con un banco de hierro y madera negra y esmaltada, quizás una reelaboración de la tapa de otro de los discos de George: Dark Horse. De cualquier manera, ¿no les ha pasado de sentir eso con un tema? Aun siendo la primera vez que lo escuchan, ya sienten que lo conocen de algún lugar, que sus sonidos les son familiares, aunque parecen salir de la mente de seres de otro planeta.
Yo tengo la suerte (o la desgracia) de convivir con tal sensación cada vez que pongo algún disco que viene de mi infancia, cuando el Viejo sacaba de la galera un LP de vinilo y me lo hacía escuchar.

Mirar como si fuera la primera vez

El conocimiento sobra,
las palabras están de más,
todo lo que otros dijeron,
todo lo que creo,
es humo coloreado,
si no puedo mirar ese amanecer como si fuera algo totalmente nuevo,
si no alcanzo a comprender la maravilla de las estrellas en un cielo negro,
el sonido del agua fluyendo,
el canto de los pájaros en verano.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Mary Jane

La marihuana está cada vez más presente en las reuniones sociales, y en general, con mayor fuerza entre las de jóvenes (sueno como un abuelo, lo sé) de entre 15 a 30 años.
Se fue imponiendo lentamente, y fue barriendo con los prejuicios contra las drogas que estaban instalados en la mayor parte de la sociedad. Yo mismo me encontré un día probando, y luego consumiendo sin mayores problemas cuando me ofrecían.
Pero al poco tiempo descubrí una faceta horrible de esta hierba: no me produce mayores efectos. Ayer, por ejemplo, estábamos tomando unos tragos, y me ofrecieron fumar flores, supuestamente la mejor parte de la planta. Nos armamos unos cigarrillos y empezamos. A la media hora, la gente reía estúpidamente, sus ojos estaban rojos, y escuchaban extrañeces...mientras que yo seguía mirando aburridamente el pasar de la vida.
Me sentí un idiota, que sigue queriendo excluirse voluntariamente de la diversión, pero después me reproché amargamente este razonamiento, porque no era culpa mía que no me hiciese efecto.
Me gustaría realmente saber por qué hay personas a las que no les afecta Mary Jane, aun cuando le ofrecen de buena calidad.

Vacaciones

Felicidad: estamos terminando de detallar los planes para un viaje al Sur. La idea es llevar dos carpas, e irnos de mochileros a los 7 lagos. Recorrer lo máximo posible, disfrutar de esos paisajes deslumbrantes.
Hace unos meses que quería ir, pero no se daba la situación. No se daba la gente. No se daban los tiempos. Y de repente se acerca Naty y me dice que ella y el novio se quieren ir al Sur, y que están buscando gente para irse todos juntos. Sincronicidad diría alguien por ahí. Pero no quiero irme con una pareja solo, ¿qué hago, a quién llamo que se quiera ir?; fácil solución. La llamo a Sofi. ¿Querés venirte al Sur conmigo 15 días? ¿Cuándo? De tal a tal día. Dale. Qué fácil es hacer todo con vos, pienso.
Estoy buscando mapas, trayectos, lugares. Pero no quiero sobreplanificar. Mejor que las cosas se den un tanto improvisadamente. Quiero disfrutar cada lugar, cada momento. Estoy contento de poder hacer este viaje.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Vos

Con vos descubrí,
que las palabras pueden acercar a las personas,
pero que son los silencios los que las unen.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Cinnamon Girl

A dreamer of pictures
I run in the night
You see us together,
chasing the moonlight,
My cinnamon girl.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Goodbye, Miriam

Pensando Em Você

Montaña

A Hermann Hesse

Si yo fuese una montaña,
y una corona de nieves ciñiese mis cumbres,
tus sollozos no tendrían valor alguno para mí.

Si tan sólo pudieras encontrar riscos,
vastos precipicios, si sólo el águila audaz
morase en escarpados nichos,
tus reproches serían desoídos.

Los vientos audaces sólo me harían cosquillas
y al tiempo solo habría de temer,...
pero esto sólo si fuese una desolada montaña
perdida en los confines del vasto mundo.

Y tan sólo soy un pequeño hombre,
puesto que tus lágrimas me conmueven,
tus sonrisas me cautivan,
tu boca me deleita.

Por suerte tampoco vos sos inalcanzable para mí,
y hoy que puedo tomarte de la mano,
mientras paseamos juntos bajo la dulce sombra de los tilos,
respiro tranquilo al mirarte a los ojos.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Rebellion (lies)

Otra banda de mis preferidas... Arcade Fire tiene esa belleza armónica que me gusta en Radiohead, y su misma lobreguez...su misma tristeza, tal vez incluso más acentuada...a veces cuando los escucho siento que estoy en uno de esos infiernos mentales que los seres humanos gustamos de crearnos para tener un gozoso tormento: oyendo música de mil lamentos, tan oscura y tan hermosa al mismo tiempo, Arcade Fire me hace reflexionar en las pérdidas, me entristece, y me hunde...pero también, cosa extraña, me muestra un lado de la vida que nadie quiere ver y del que todos huímos despavoridos: la muerte, en todas sus manifestaciones. La muerte de un ser querido, la muerte de una relación, el fin de la felicidad....el fin de la tristeza, y la muerte física. No creo que sea casualidad el vestuario de la banda, y el hecho de que su primer disco (otro favorito) se llame Funeral.


martes, 4 de noviembre de 2008

It's you again, Mr. Perfect

It's you again, Mr. perfect, tryin' to break me down,
forever turning myself into a memory of what once was beautiful and sunny,
but I don't want to hear you now Mr. Perfect,
you're just so full of hate and pride,
you cannot even listen to the gorgeous sound of this sunrise.

The spring gently greets your smile,
and in this precise moment I'm tryin' to lose my mind.
Go away now Mr. Perfect,
let me enjoy this calm.

And when your eyes see through me, Darling,
I cannot but surprise myself,
thinking aloud of your charm, your sweetness and peace.

Now don't leave me, Honey,
Mr. Perfect's on his way,
he forever gone finds us,
resting happily in the bed.


domingo, 2 de noviembre de 2008

Relato del Personal Fest

Son las 16.20. Seba, Flor y Yo, estamos en el 15. Vamos hacia Avenida del Libertador, y el Sol raja la tierra. Estamos los tres expectantes, hablando como siempre, de física, astronomía, geografía: unos nerds totales.
Caminamos y caminamos. La gente usando corbatas en la cabeza, nosotros enfilamos derecho hacia el galpón donde está tocando Deborah del Corral. No suena mal, pero hace mucho calor y el olor intenso a marihuana no se esfuma, lo cual anuncia uno de los rasgos más característicos de la noche: la presencia de tal sustancia en todas partes y a toda hora.
El mapa anuncia que Leo García ya está tocando en el escenario más grande, y después de una breve resistencia de Seba, que le tiene cierto rencor al Señor García, lo convenzo de que va a estar bueno el show. Llegamos al promediarlo, y la verdad es que está sonando bien. Toca algunos de sus éxitos, entre ellos "Morrisey". Termina el show con muy buena onda, coherente con su tradición, disfrazándose con una peluca afro y agarrando dos maracas. Los equipos del escenario nos dejan asombrados: suenan muy bien, y cuando el bajo toca fuerte, te provoca un temblor total. Como REM va a tocar ahí más tarde, nos vamos contentos, ya asegurados de que va a ser uno de los mejores recitales que jamás presenciemos.
Mole, la banda de Charly Alberti, está por empezar en el escenario que mira al que acabamos de dejar, el cual es una réplica en menor escala (y con mucho menos sonido). Desde el comienzo, los tres nos miramos y comprendemos lo que pensamos: sí, la batería suena muy bien, es el sonido característico del batero de Soda, pero la voz del cantante....hay algo que no nos cierra. Les propongo a los chicos escuchar un par de temas, y si la cosa no mejora, irnos para la islita en el centro del festival, a escuchar bandas que hacen shows cortos de 15 o 20 minutos. Como, efectivamente, la performance si no se cae, al menos no levanta la calidad, nos vamos para el mencionado lugar.
Están tocando The Siniestros, una banda que todavía no sé si catalogar como Punk, Folk, Rock, etc. Lo cierto es que son divertidos, comenzando por los atuendos. Van vestidos de negro y rojo, y usan unos pañuelos rojos con agujeros para ver, atados sobre sus cabezas. La música que al principio se me hace una mezcla de Creedence y un grupo de Mariachis, es catalogada por Flor como algo parecido a Johnny Cash: no puedo sino darle la razón.
Tocan sin parar, y nos sentamos a la sombra de una palmera, mientras el Sol consume a los más audaces: nosotros preferimos conservar nuestras fuerzas, a la espera del plato fuerte, que en esta ocasión está repartido en 4 partes bien sabrosas.
A la gloria indie le sigue el show de Valeria Gastaldi, que Flor denosta con furia. Seba se limita a hacerle fuck you un par de veces, frente a la escandalizada censura con la que resisto su mala educación. Lo cierto es que si bien Valeria es una chica que no canta mal, su pop pegajoso y shakiresco nos deja empalagados de ositos, rosas y colchas perfumadas. Huimos despavoridos como la aldea gala cuando el bardo Asuracentúrix, en Ásterix, empieza a cantar sus estrofas disonantes.
Llegamos entonces con tiempo para ver la que promete ser la banda mejorcita de las tres (llamémoslas así) teloneras de REM: The Mars Volta. Salen puntuales al escenario, vestidos como una mezcla perfecta de Elvis y Led Zeppelin, con banderas de la gloriosa nación de México (cabrones), y brindando un show que no para en ningún momento. Es rock puro, sin límites, con silencios acotados, intenso como nunca antes había escuchado. El cantante se mueve como un poseso: salta, se revuelca, juega con el micrófono, se sube al decorado y destruye una parte, grita varias veces "Hello, Houston", quizás pensando que todavía se encuentra en su Texas querida. El guitarrista, con un look Bobdylanesco (horrendo neologismo), la rompe. ¿Qué más puedo decir? Es un virtuoso en su caos destructivo de punteos imposibles y rock-blues psicodélicos. Pero la verdadera estrella de la noche es el baterista de esta banda: Seba comenta con cierta sorna, que se debe haber aspirado 20 líneas de coca. En efecto, el hombre parece no conocer la palabra cansancio, y más que un hombre parecía un mono salvaje con palillos al que le han picado el trasero.
El show terminó en medio de los aplausos de aprobación de un público que sospecho no entendió de qué trataba la cosa. Yo creí estar presenciando uno de esos extraños momentos en los cuales hay un guiño de complicidad entre la banda y los entendidos de la música, de los cuales no particiaba el otro 99% de la audiencia, y que luego es recordado como uno de los grandes recitales dados por los músicos en cuestión.
Con pocos, poquísimos minutos de diferencia, salen los Bloc Party a tocar sus temas entre el britrock, el punk y la electrónica, en el escenario mayor. Con esta banda empieza lo que sin duda fue la mayor sorpresa del día para mí: las ganas de bailar. Los temas están buenos, y la voz del cantante, muy parecida a la de Robert Smith, de The Cure, suena bien. El tema que más me gustó incluía un xilofón y era más bien tranquilo. El show es parejo, y la gente se prende en un par de canciones. Adelante mío, por ejemplo, tengo una chica que se contorsiona frenéticamente al son de sus canciones, y que parece conocer, sin excepción, la letra de cada uno de ellos. Hago una nota mental: "Chica interesante". A Flor y a Seba, atrás mío, también les gusta la banda, haciéndome notar, sin embargo, que los temas empiezan muy arriba y se van quedando poco a poco. No coincido con ellos, pero el show termina antes de que nuestra discusión finalice, por lo cual nos vamos a comer unos patys.



Este demuestra ser nuestro primer y único error de la noche, puesto que la idea bien concebida, estaba descontextualizada: no se nos había ocurrido que la gente también razonaba y pretendía comer en tan justo momento. Después de una espera de 10 minutos (oh tiempo precioso jamás recuperado), volvemos a la isla, cansados y de mal humor, a ver el show de Pánico Ramírez, una banda que a los chicos les gusta mucho, pero que yo nunca había oído. A los 10 minutos, sin embargo, escuchamos con sorpresa de nuestra parte, a los Dire Straits...¿puede ser? ¿Un show sorpresa? NO. Son los Kaiser Chiefs que están comenzando su recital. El primer pensamiento que se me pasa por la mente es: ¡Dios, qué bien que suenan!, seguido por: ¡Qué mal momento para tocar, justo cuando estoy muerto de hambre, cansancio, y me tengo que ir a acomodar para ver a REM!
Seba toma entonces las riendas del asunto, nos pide plata y se va, cual Leónidas en las Termópilas, a sacrificarse por nosotros, miserables helenos. Vuelve con 3 hamburguesas después de media hora, mientras Flor y Yo disfrutamos desde lejos, lejísimos, el show que a estas alturas ya se ha perfilado como memorable, de Kaiser Chiefs. Tocan todos los éxitos, y acá mi hermano que estaba allá adelante, bañado en sudor ajeno y entre gritos de fanáticos, me dice fue el que rompió la noche, aun al que le seguía.



La luna en forma de arco se mece suavemente acompañada por el planeta Venus, brillante, mientras anochece y refresca, cuando por fin sale la banda a la que había ido a ver, y por la cual pagué 150 pesos: REM. Ya repuestos en nuestras energías y estados anímicos está por empezar un recital del cual nunca me voy a olvidar.
Abren con un tema que no conozco: "Living Well is the Best Revenge". Suena muy bien, todo está donde debe estar: las luces, los parlantes, los músicos. Buck, Stipe y Mills, de derecha a izquierda, la formación tradicional, una de esas conoce de memoria como la Argentina del 86 con Maradona.
"I Took Your Name" es seguida por "What's the Frequency Kenneth?", temazo viejito que el público festeja.
Nos vamos, luego, a Automatic for the People con "Drive", el tema que abre ese disco que escuché por primera vez a los 16 años cuando un amigo me dijo: "Tenés que escucharte estos discos, Nacho"...eran aquel y Out of Time, que se convirtieron en mis favoritos desde entonces, junto con "Word Gets Around" de Stereophonics, "What's the Story/Morning Glory" de Oasis, y "The Joshua Tree" de U2.
Empiezan el movimiento y la declaración política, cuando tocan "Driver 8", "Man Sized Wreath" e "Ignoreland" (dedicadito a George Bush Padre, una joya musical), declarando Stipe que detestan a su gobierno actual, y que apoyan a Barack Obama: demócratas los chicos de Atlanta, fieles a su tradición universitaria y pacifista.
Para mí llegó el momento entonces de irme para adelante: después de la protesta, llega el momento de moverse y saltar, y REM lo sabe, teniendo la experiencia de más de 20 años de shows en vivo. Tocan "Fall on me", "Electrolite" e "Imitation of Life". La gente al lado mío llora, ríe, saca fotos, canta a viva voz, todo al mismo tiempo. Yo mismo empiezo a bailar con Electrolite, acordándome del excelente disco que cierra, "New Adventures in Hi-Fi", bastante desconocido para el fan promedio de REM.
Después de la fiesta y de la euforia, llega el momento de madurez del show. La reflexión y la melancolía nos invaden con "Everybody Hurts", "She Just Wants to Be", del disco Reveal, otro discazo, y con "The One I Love", "Nightswimming". Las melodías suenan perfectas, la voz de Stipe es clara, la guitarra de Buck acompaña todas las variaciones de los temas, y el bajo y los coros de Mills suenan impecables: REM se escucha como si estuvieran siendo editados en un estudio de altísima calidad en NY, y sin embargo, están cantando a pulmón en frente a 40.000 personas. Esto es una de las cosas más rescatables del espectáculo...el hecho asombroso de que una banda llegue a tal grado de armonía sonora, bajo condiciones adversas. Ni siquiera Oasis que es una banda que suena muy bien en vivo, llegó a sonar tan bien.
"Let Me In", "Horse to Water" y "Bad Day", le devuelven la atmósfera festiva al show. Con "Orange Crush" empieza el momento en el cual el recital alcanza su clímax. De aquí en adelante todo es lujo, todos los temas son conocidos y aclamados, y es el momento en el cual la gente, como luego conversamos con Flor y Seba, alcanza ese estado casi religioso de paz y amor.
Le siguen "It's the End of the World as We Know It (And I Feel Fine)", luego de lo cual la banda se retira dramáticamente, para volver con los aplausos del público, "Supernatural Superserious" seguida de "Losing My Religion", y acá Seba me cuenta que un papá emocionado hasta las lágrimas intenta hacer comprender a su hijo de no más de diez años "que escuche ese riff, ese estribillo".
"Great Beyond" y "Man on the Moon" cierran un show impecable. Buck agarra a Stipe que parece no querer irse y seguir cantando toda la noche. La gente se va contenta, muy tranquila, satisfecha de las casi dos horas de show.
Un momento que me queda grabado en la memoria es cuando después de haber bajado del escenario, y de haber interactuado con la audiencia, Stipe sentencia: "People are good"..., lo cual me muestra también la otra cara de Estados Unidos, acostumbrados como estamos a ver The Dark Side of the Moon: la del americano bueno, confiado, un poco ingenuo, y definitivamente demócrata,... un espécimen maravilloso que me encontré muchas veces a lo largo de mi vida y que hoy, lamentablemente, está en peligro de extinción.
Nos fuimos a casa con una sonrisa en la cara, y muy cansados, pero contentos de haber visto tantas buenas bandas, y de haber pasado un día tan increíble. Hacía mucho tiempo no me divertía tanto.


sábado, 1 de noviembre de 2008

Todo lo que sube, debe bajar

La noche había empezado bien, más que bien. A las 20:03 me llamó Ezequiel, un amigo que desde que recuerdo, hace percusión y ama la música como la vida misma, diciéndome que tenía buenas noticias para mí: me había conseguido entradas para ir a verlo como telonero de Paulinho Moska en el Teatro Coliseo. Habíamos hablado unos días antes, y me había contado con la usual familiaridad de los músicos, que iba a estar compartiendo el escenario con el músico carioca, lo cual no evitó que a mí esto me sorprendiera mucho, porque hacía mucho que no lo veía y no sabía que estaba tocando en lugares tan grandes.

Salí apresuradamente de casa, y me fui por Charcas/Marcelo Torcuato de Alvear hasta el teatro, y llegué cinco minutos antes de que empezara la banda: Daniel Sartori y los peces de la Estigia, curioso nombre, puesto que no recuerdo que en la laguna infernal habitase alguien más que el temible Caronte.

Cuando me acerqué a la ventanilla de invitados y anuncié mi nombre me llevé la primer grata sorpresa de la noche: una chica muy hermosa me preguntó cuántas entradas quería.

"¿Cómo cuántas entradas?", dije yo ingenuamente.

"Sí, ¿con cuántas personas venís?", me respondió ella con cuatro o cinco tickets en la mano.

Es uno de esos momentos en los cuales uno lamenta no haber llevado a alguien más. Le dije con cierto pesar mezclado con alegría (y acaso con extrema ingenuidad), que necesitaba sólo una.

Entonces me llevé la segunda grata sorpresa de la noche, que no habría de ser la última: había enfilado hacia el sector super-pullman, imaginando que la entrada me dirigiría invariablemente hacia el sector menos costoso del teatro. Pero los organizadores me pidieron el ticket y me escoltaron hasta la 5º fila: tenía el escenario ahí adelante mío, lo cual presagiaba una noche de lujo.

La acomodadora me dio un librito de Muba, el festival de música brasileña que se está organizando en Buenos Aires desde Agosto hasta Marzo y que incluye la presentación de muchos músicos de aquel país, como Vanessa da Mata, Jorge Vercillo, Daniela Mercury, Natiruts, y el mismo Paulinho.

Al lado mío, estaban sentadas algunas chicas que trabajaban en la embajada de Brasil, con las cuales me quedé conversando en un portuñol vergonzoso sobre Brasilia, la música, Río, la música, el carnaval, Buenos Aires.

Confieso con mucha vergüenza que un video proyectado para la ocasión, y que se repetía una y otra vez, me dio ganas de ir a ver a Daniela Mercury: la mostraban bailando y cantando, y entonces reparé en lo bella y armoniosa que era esa mujer. Sonreía con una naturalidad deslumbrante, y llevaba un vestido que forzaba al espectador a no apartar la vista de la pantalla.


Al poco tiempo, salió la banda telonera. Tocaron 4 o 5 temas, y sonaron muy bien. La melodía era un rock/pop con inconfundibles ritmos y melodías brasileñas, y gustó mucho. Me hubiese gustado que la percusión, a cargo de Ezequiel sonase un poco más fuerte, dándole al sonido un tempo más sambero, más africano, pero como lo anunciaba el nombre de la banda, el líder y sus estribillos predominaban en las canciones, y la percusión y el ritmo, si bien presentes, quedaban relegados como una dama de compañía.


Paulinho se tomó otra media hora en salir. El público aplaudía impaciente, y las brasileñas a mi lado miraban el reloj cada 5 minutos. Cuando por fin se decidió a salir, el público lo recibió estruendosamente: el teatro estaba lleno, y había gente sentada en los pasillos.

Abrió con los temas más conocidos: Tudu Novo de Novo, y Lagrimas Diamantes, pero tocó muchos temas que está armando para un disco nuevo que se llamará Mucho Poco. Paulinho estaba de muy buen humor, como siempre, y el público lo recibió con alegría, festejando sus chistes y comentarios. Recuerdo que la última vez que había estado en el Coliseo había sido para ver a Drexler que se ve, no tenía un muy buen día y había chocado con el público en un par de ocasiones.

Tocó un blues que me gustó mucho y grabé con mi cámara. Desafortunadamente, al hacerlo de la poco ortodoxa forma vertical, cuando quise subirlo no pude rotarlo, así que me resigné a subir algunas fotos.


Kevin Johansen entró como invitado, y como alguna vez había hecho con Drexler, sacó a bailar al carioca. Cantaron Desde que te perdí, y La Edad del Cielo.

El show cerró con temas nuevos, pero ya se anunciaban aires de tormenta cuando la malhadada cámara, después de un paro cardíaco en el cual la pantalla quedó dos o tres segundos de color violeta, se apagó en el medio del video del último tema.

A pesar de esto la pasé muy bien, y enfilé para la salida buscando a Ezequiel, que estaba con su flamante novia, con la cual me quedé charlando un rato, y me contó cómo se había conocido.

Al rato volvió Ezequiel que nos dijo: "Esperen que nos vamos para camarines".
Fuimos a buscar los instrumentos, y nos cruzamos con Paulinho y su banda, tuve mi momento frívolo y superficial sacándome fotos con el Piojo López, ese delantero fenomenal que tantas alegrías nos dio en la década de los 90's, arrojando innumerables balones sobre la concurrencia. Dejamos que las groupies mal disimuladas circulasen junto con cantidades importantes de marihuana y alcohol, y nos fuimos para el sector de la banda telonera.

Me despedí de mi amigo, muy agradecido por la invitación, y por el reencuentro.

Volví a casa muy contento, pero apurado. Había quedado con otro amigo en ir al cumpleaños, y ya eran las 12 y todavía no había salido. Con culpa, me tomé un taxi y me fui hasta la casa. Cuando llegué, me quedé charlando con Seba y la novia, pero lo que en realidad aseguró mi permanencia fue la sorprendentemente bella prima del cumpleañero, con quien charlé toda la noche.

Seba se tenía que ir porque hoy trabajaba, y algo me decía que había llegado también la hora para mí de partir. Pero como suele suceder en estas ocasiones, no razoné, sino que me dejé guiar por los ojos negros de una mujer, y me fui con ella y Ceci, otra amiga, a un bar. Craso error. Cuando llegué, poco acostumbrado a las salidas nocturnas, me pidieron cédula o identificación, y ellas, más listas que yo, la tenían. Me tuve que volver a casa, dejándolas con los demás. Estaba en un barrio totalmente desconocido (Paternal) y el único colectivo que conocía por la zona no pasó en toda la noche. Enfilé por Avenida San Martín y caminé como 3 kilómetros, hasta que di con Juan B. Justo y me tomé el 109.

Pero no acabaron allí mis problemas, porque bajado antes a comprar algo, me robaron. Hacía como 12 años que no me robaban, si bien había tenido varios episodios en los cuales robaban a personas cercanas a mí o con las que caminaba circunstancialmente. Mi proverbial indigencia me fue de ayuda entonces: consiguieron sacarme la modesta suma de 5 pesos, y cuando me pidieron el celular, lo desdeñaron al observar que ni siquiera se distinguían los números. Esto confirma que mi teléfono es una entidad provista del raro don de la inmortalidad.

Volví a casa muerto de cansancio, y hastiado de la naturaleza horrenda del ser humano. Una noche me había bastado para comprobar que todo lo que sube, debe bajar, como dice el Kybalión. La había pasado muy bien, y había terminado agotado, robado y molesto conmigo mismo, lo cual no dejaba de sorprenderme, porque por una vez se había cumplido la máxima de los antiguos que sostenían la caprichosa naturaleza de la diosa Fortuna, y la necedad del hombre vano que se gloría de sus acciones, cuando tan poco control tiene sobre ellas.