martes, 15 de julio de 2008

Primavera, verano, otoño, invierno...y otra vez primavera.

Una noche de ejercicio, de esperanzas. Una noche joven para los dos. Luego un sueño relatado, sonrisas, un banco, un primer contacto visual, manos entrelazadas, y un beso. Pasión, la primavera es pasión, y fuego que se enciende y no quema del todo. Es un fuego blanco.

Objetos desparramados. Enfermedades y amor. Ya es verano, y estamos en tu hogar, en cama ambos. Nos cuidamos, y aunque fuera hace frío, en nuestros corazones es verano, y los días todavía se alargan para nosotros. Tantos planes hay.

El solsticio pasó. Ya se fue el verano, y el fuego se apagó lentamente por falta de oxígeno. estamos en mi casa, y no estamos juntos. Vos allá, yo acá. La ira empezó a voltear las hojas amarillas del árbol que juntos habíamos plantado, como un frío viento de Mayo. Algo se apagó en nuestras miradas.

Afuera hace calor, y salimos a caminar, pero en nuestros corazones hace muchísimo frío. Todo está helado. Yo me voy, y vos no me vas a buscar, como siempre. Las noches se hacen más largas con cada día, y la temporada de lluvias y lágrimas comienza.

Un brote verde esmeralda reverdece en tus ojos, estás joven de vuelta. Es primavera de nuevo, pero ya no sos vos, sos otra. Y yo tampoco soy yo, soy otro. El ciclo se renueva, pero en otra pareja, que volverá a danzar bajo la Gran Rueda del Samsara, sin saber que lejos los miramos sin ira, sin apego, sin resentimiento, y con mucho mucho Amor.

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