miércoles, 3 de septiembre de 2008

Bodhidharma

Se presentó ante el Emperador y su Corte. Vestía su hábito amarillo, hecho de remiendos y de restos de otros vestidos.

-¿Cuál es el verdadero significado de la Noble Verdad?-, preguntó el Rey.
-No hay noble verdad-, respondió Bodhidharma.

El Rey se movió impaciente en su trono de marfil.

-¿Quién está parado delante mío?-, inquirió el soberano, con temor.
El monje respondió: -No lo sé.-

-¿Cuánto mérito habré reunido por haber construido cientos de monasterios y haber propagado el budismo por todo mi reino?-, preguntó nuevamente el Rey, con un dejo de desesperación en la voz.
-Ninguno-, sentenció el bhikku, dio media vuelta y se alejó lentamente.

Caminó hacia el Norte durante meses, y luego de inspeccionar el terreno, ingresó en una oscura cueva. Se sentó en posición de loto, y caminó por el sendero del jhana. Nueve años estuvo meditando en la gruta.

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