Un tumba para el rey poderoso, conquistador de países. Para Él que me ha dado la victoria. Para mí que con brazo poderoso he arrasado pueblos, tomado mujeres y ganado. Mi gloria seguirá inmortal con ésta, mi tumba. El Sol, la lluvia, el viento, no borrarán de la memoria de mi pueblo mis grandes hazañas.
Dos niños juegan sobre la piedra quemada por el incandescente astro. Las flores vuelven a crecer después de años de abandono y hambre. La gloria dejó cenizas y dolor, pero de alguna manera la esperanza vuelve a renacer esta bella mañana.
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